Divergencia de Amor.

"Entonces"—le dijo —"este viaje será largo, viviremos momentos de dicha y también de tristeza. Pero creo fervientemente que vale la pena el riesgo, por lo que sentimos, por lo que hemos construido juntos.

Es momento de aventurarnos, tomados de las manos y mirando hacia adelante, sin la necesidad de voltear para ver si el otro sigue allí.

¿Querés acompañarme en el camino de la vida?"

Él sólo la miró, no fue capaz de emitir una sola palabra, o compartir lo que sentía si quiera.

Ellos estaban bien hacía años, pero era por costumbre y comodidad más que nada para él.

Ella le estaba pidiendo que confiara ciegamente. Le estaba diciendo que se acompañaran en todo lo que vendría. Que se aventuraran hacia lo desconocido.

Y él simplemente no era capaz.

Ella, con ese silencio, comprendió todo.

Sin más, le sonrió y le dijo "Ojalá encuentres la felicidad".

Y se fue de ahí, de él.