miércoles, 11 de julio de 2018

Carta de una enamorada


Creo que estoy enamorada. Más bien, estoy segura. Después que dije mil veces que no pasaría; después de decir que no me convenías, pasó.

Mi corazón estaba tan roto, que en mucho tiempo no tuve la oportunidad, o no dejé que llegara, de volver a querer a alguien.

Al principio estaba encerrada, auto compadeciéndome. Dejándome arrastrar por varios sentimientos negativos, como la tristeza, el rencor, la bronca, que nada tenían que ver conmigo.

Luego empecé con eso de que "enamorarse sólo te hace sufrir"; y estuve otro tanto de tiempo bajo ese pensamiento.

Vos llegaste al principio de todo, justo cuando mi corazón caía pedazo a pedazo. Llegaste con tu cara bonita y tu porte seguro y pensé "este tipo vive para romper corazones".

Nuestra relación creció, así como la confianza y, sin quererlo, comencé a sentirme atraída. Me prometí una y otra vez que no me enamoraría, insistí en pensar que todo vos eras destructivo para mí, y que mi corazón no podría volver a soportar una jugada como la anterior.

Pero vos llegas y revolucionas todo, mis huesos vibran, mis manos anhelantes, tiemblan cuando te acercas, mi corazón inquieto, y mi mente a mil por hora. Mis oídos, expectantes, queriendo escuchar cualquier cosa que tengas para decir.

Y así, sin pretenderlo, volví a enamorarme.

¿Pero sabes qué?
No me preocupa que quizás no sea correspondida, y mucho menos temo quedar hecha añicos.

Porque volví a ser más yo, porque siempre creí en el amor y estar todo el tiempo convenciéndome de que no me conviene es simplemente agotador.

Descubrí lo divertido que puede ser estar todo el tiempo en desacuerdo con alguien y entendí que no por eso es necesario pelear.

Me re-descubrí y también conocí más de mí misma.

Volví a ser caprichosa y no, no es algo malo. Siempre supe que soy impaciente, pero ahora también sé que cuando quiero algo que vale la pena soy muy paciente.

Me encontré feliz y me atrapé con una sonrisa mientras leía un mensaje tuyo.

Comprendí que amor no significa atar, que cada uno ama a su modo y a su tiempo; que quizás no nos encontremos simultáneamente o nunca sintamos lo mismo, pero no por eso deja de ser una experiencia hermosa, porque amar lo es.

Empecé a ser de nuevo fiel a mí misma, expresando lo que pienso cuando quiero y como quiero, sin tener miedo a ofender a alguien, ya que no tengo malas intenciones y que, en el remoto caso de que alguno se sienta disgustado, será por su propia mente retorcida.

Y quizás, una de las cosas más importantes, al reencontrarme volví a quererme, a aceptarme, a gustarme.

Así que gracias, porque enamorándome de vos me enamoré de mí y el amor se instaló en mi vida para no irse.

Quizás jamás sea mutuo y no pase a más de la relación que llevamos siempre. Pero al menos ahora estoy lista para aceptar cuando venga el amor.

Igual siempre te voy a querer, porque me hiciste revivir.

2 comentarios: